MIEDOS


William Shakespeare dijo: 
"De lo que tengo miedo es de tu miedo"... Aunque tu miedo te acompaña y tú no lo ves, el mío es aquel que causa el efecto del insomnio, pensar que nos plantea un futuro cercano o próximo incierto de sueños, contando segundos, minutos, horas o días como contando ovejitas saltando obstáculos de la vida.
 Miedo de aceptación de tu manera de poder atraer a los demás, de ser en tu efervescente euforia alegre que tanto nos cautiva pero que a otros asusta.
Miedos de rechazo porque no te vean con los ojos de tu inocua gracia de transparencia leal y amable.
 Miedos porque esta sociedad inherente de todo aquello que le aterra sea un pretexto para apartarte de la realidad de la vida.
 Miedos que son más míos que tuyos como si tú cualidad de la empatía me perteneciera, como una propiedad... 
Miedos y más miedos, inocentes de ningún resquicio de rencor de alma viva de amor.
Miedos a la locura de una imaginación de más y más miedos, angustia de dejarte volar por ti sola. Aversión al futuro confuso de experiencia, luchar porque no te caigas a un abismo de engaño y mentira...
Pero miedos, muchos llenos de temores, de desconfianza y de intranquilidad. 

Pero tarde o temprano tendré que dejar que los miedos maduren como una mariposa se libera de su ninfa. Buenos y malos miedos que por momentos se personifica en la figura mitológica de FOBOS , hijo del amor y la guerra, buen simil para mí regalo número 7, pero el tiempo pasará y domaras a tu PEGASO solo digno de ser cabalgado por personas de corazón puro.

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