PIRATAS DE LA HIPOCRESÍA

"Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro". Eso dijo un tal Albert Einstein y creo que algo de listo tenía.

Parece casi inverosímil que en pleno siglo XXI, estemos llegando al límite de la máxima expresión de la estupidez y la hipocresía.
Una de las bases principales para una plena convivencia es la diversidad, vivir con alguien con diferencias es simplemente enriquecedor, cuando una persona te muestra su interior es como descubrir un nuevo mundo , un orbe lleno de sensaciones sensoriales que llegan allá donde pudiera alcanzar la vista mas aguda.

Personas como El Langui, Pablo Pineda o todos los campeones y campeona de CAMPEONES, incluyendo al galardonado Jesús Vidal, están empecinados en hacer ver a los demás, que las personas con diversidad funcional son iguales de capaces que TODAS otras personas que aún les llaman de otra manera. La discapacidad es tan solo una forma de tener capacidad para la superación, la invalidez es el mayor atributo para ser válidos ante esta sociedad ciega de sentido común y plena de prejuicios.

Parece que ha llegado una pandemia de involución, estamos rozando el Génesis de la estupidez, en la cual algunas personas se creen que la diversidad funcional se contagia como si fuese un cuadro vírico o bacteriano.
Ese miedo a la diversidad de lo desconocido, de lo diferente se hace en forma de metamorfosis de maldad y catetismo casi en los límites del SER IRRACIONAL.

Hoy estoy y me siento muy enfadado, en menos de una semana 3 inocentes les han privado de un derecho tan fundamental como su diversión, siempre he creído que un campamento de verano fomenta la amistad y el compañerismo... pero se juega a ser jueces y abogados, se divierten en un injustificado juicio y sentencia a culpables por solo ser únicos y diferentes. Ahora vendrán con la vitola de ser unos raritos o unos incompatibles con otros niños y niñas, estamos cocinando un caldo de mala educación y falta de valores, que estos adultos del mañana tan solo conocerán discriminación y disgregación.

Creo y estoy convencido que otra sociedad es posible, que podemos ser inclusivos, tolerantes, diversos... pero en  ese cambio tendremos que colaborar todos. Padres, madres, hijos e hijas, profesorado, educadores... y por supuesto una administración pública que izan SIEMPRE la bandera de la inclusión, pero se le da la vuelta con el viento, para tomar el color negro con la calavera, pirateando y mirando por el parche de su ojo tuerto.


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