La noche de Halloween


Queridísima lectora y queridísimo lector (siempre en igualdad). De bien es sabido que la fiesta de Halloween es más americana que un apache comiendo un pollo de Kentucky en un bar de carretera de la Ruta 66, pero, algo tiene que cada 31 de octubre las calles de esta piel de toro se nutre de los más variados monstruos, personajes fantasmales y espectros de toda clase... algunas sin caretas y otras maquilladas como un pobre zombi...El disfraz es muy importante o como dicen en la tierra del tío Sam, "Very important personal", todo un VIP... primero hay que buscar (como se dice en Cádiz, un buen tipo). Ten en cuenta que es cosa de una sola noche y tenemos que dar mucho miedito... Los que prefieren esconder la cara (por eso de la vergüenza) se disfrazan de Freddy, el de la cara quemada y garras de cuchillo, con las más horrendas pesadillas ¡Qué símil acaba de llegar a mi cabeza maquiavélica!La fauna terrorífica también visita esta noche, hombres lobos (algunos parecen perritos falderos jaleando por un poco de comida). Hay también vampiros de esos que toman formas a su antojo de murciélagos chupasangre. Y claro, bichos variopintos que nadie sabe a qué especies pertenecen. La fiesta que hace que las brujas ronden a sus anchas (haberlas haylas, como dicen en Galicia) sin miedo a una hoguera inquisidora que termine con su magia. De hechicera toca este año y como cada 31 de octubre y ya son 11, Alejandra, lo vive con intensidad y con ilusión. Y porque aunque sea una celebración americana (o eso se dice) ¿Quién le quita esa fantasía?

Posdata: No hay nada más español que una fiesta.


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