PARADOJA DE LOS SENTIDOS


Algunas veces me he parado a pensar que sería de nuestra vida si Alejandra no hubiese tenido Sindrome de Williams...

Si esa empatía que en mi ignorancia no sabe uno ni lo que es, porque llorabas cuando otro niño jugando en el parque también lo hacía, un sentir por los demás que me recordaba más bien a un redentor. Sentir, hermosa palabra, sin sentimientos solo somos COSAS... !Que me gustaría tener empatía natural como tú la tienes, mi regalo N°7! Acercarse a otro semejante y tan solo con mirarlo saber que necesita consuelo. Ver que tus ojos estrellados cambian de dirección cada vez que presientes el menor signo de tristeza.

El imaginario de mi mente me vuelve la vista atrás y me hace recordar cuando por arte de magia (por decirlo de alguna manera) tus pies tropezaban una y otra vez, algo como normal en un pequeño cuerpo, pero algo inusual al cumplir algunos años más.¡Qué incomprensible es... sin motivos!

Y sin motivos uno no sabe por qué no puedes aguantar que comamos  chicles delante tuya, cuando el deleite del placer infantil de esta golosina queda prendado cualquier personajillo, a tí sólo te resulta desagradable. O que algunos ruidosos sonidos te lleven al mayor de los infiernos a tus oidos, y sin embargo te quedas prendada de las armonías musicales de una orquesta, paradojas de tus genes. O simplemente no pudieras oler un simple jazmín, con lo que perfuma éstas flores las noches de Sevilla . Cosas de los sentidos, esos mismos sentidos que tu mágica esencia los lleva al extremo de la hipersensibilidad, vaya palabra complicada, pero a la vez tan explicativa.

Pero hoy cuando me viene a la mente las incomprensible razones de tus idas y venidas, me doy cuenta que no me imagino la vida sin tu Síndrome de Williams, eres única como eres, eres sencilla pero a la vez muy completa, eres natural... Y no, no me imagino la vida de otra manera, mi regalo N° 7 .

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