MAYO.

Llega mayo, el mes dedicado para festejar que trabajamos (algunas y algunos más que otros) según las circunstancias de la vida. Mes de mayo Cordobés que rebosa olor y color en su patios engalanados de macetas floridas en sus paredes encaladas. Mes de mayo Jerezano que rinde tributo al caballo noble y de raza Cartujana, explosión de cabriolas en trotes festivos. Mes de mayo Granadino sacramentado de Corpus Cristi entre romero, juncia y lentisco, renacimiento de primavera. Mes de mayo con olor a albero abrileño de una Feria Sevillana que se niega a ser de mayo.
Sentimientos encontrados (si me permites querida o querido lector de fuera de mi Andalucía) llenos de esa divina gracia que en el Sur sabemos disfrutar.
Y llega mayo, para muchas personas un mes más, para una pequeña minoría un mes por un bien común, nuestras hijas y nuestros hijos... la concienciación del Síndrome de Williams, para decir al mundo que existe y está ahí y que te toca y te conquista. El paradigma de tener la enseñanza diaria de ser una persona única.
Mes de mayo de un pequeño éxodo casi en forma de peregrinación a tierras manchegas de Don Quijote y Sancho Panza.
Para los que formamos parte de ASWE, es el encuentro esperado de la emoción, la alegría, la ilusión... la amistad.
Buscaremos caras conocidas fotográficamente, para sentirlas en la piel propia, un mutuo sueño de concebir como propio el regalo de nuestras hijas e hijos, ese marcado principio del antes y el después.
Mayo, mes del pasado, presente y futuro, que marca con un flemático tictac de un reloj que ha marcado todo un año de espera... En nuestro caso será el primero de muchos más. 
Mayo un mes por disfrutar...