OBSESIONES

Hoy no quiero hablaros de Alejandra, aunque quizás os este mintiendo, hoy quiero hablaros de mi otra hija, la mayor, la que vive paralelamente a mis obsesiones de padre. Aquella que me da la impresión de abandonar días y meses por nuestro bien allegado regalo, aunque solo sea mi sensación.

Andrea, recuerdo cuando hace algo más de 9 años, nos mirabas con ojos inocentes pidiendo una hermana, que ibas a ser una niña solitaria, jjjjjj, esa fue nuestra primera obsesión, la tuya y la nuestra, tu por querer saber que sientes siendo la hermana mayor y nosotros experimentar esa magia de ser padres de nuevo.
 Ahora mirándote a los ojos veo que mi severa obsesión no es más que mi incansable búsqueda de tu felicidad, una búsqueda que se fragua a diario por el momento de realizar una nueva forma de ver la vida,y aunque esté empecinado en enseñarte a descubrir la adolescencia hay veces que tu eres mi maestra y yo tu alumno.

Y me enamora tu sana obsesión por amar a los animales, igual que defender la libertad de amar seas hombre, mujer o igual por igual , para qué poner murallas .
Que alguien se meta con el mas débil te pone de los nervios , como si fuera un cruzado defendiendo tierra Santa obsesionada con el Santo Grial.

 Y que no te hablen algo mal de la discapacidad, porque entonces comienza un duelo de capa y espada al más puro estilo de Alatriste. En eso te va tu lucha, amor y pasión por causas ajenas pero tan cercanas.

Obsesiones que tu filial manera de ver a Alejandra, no puedes dejar de ser su protectora, eso de que no te moleste pero que siempre la quieres a tu lado... Tu mona. Gracias por tu ayuda, por ser una centinela de tu princesa encantada, ese encanto que por arte de magia nos distrae y cruza miradas cómplices.

Y si, sé que es difícil que seas la protagonista de esta historia, pero aunque seas una actriz secundaria ( nosotros también lo somos) amamos a nuestra obsesión...